21 agosto 2009

La Memoria Musical

Se ha repetido hasta la saciedad que para interpretar como es debido una obra musical hay que saberla de memoria, pues únicamente así es posible aplicar todas las facultades anímicas a la buena ejecución, sin preocuparse por los detalles de lectura. Esto, en términos generales, es cierto; pero no hay que tomarlo como verdad absoluta. Muchos intérpretes, por bien que hayan retenido un trozo, encuentran que el hecho de poner frente a ellos al papel de música les confiere una dosis mayor de seguridades sí mismos, y además, por mucho que se diga, en la mayoría de los casos no es exacto que se retenga en la memoria absolutamente todas las indicaciones de la página impresa. La costumbre actual es que los solistas toquen siempre sin papel, y que los miembros de los conjuntos, así como los acompañantes, lean sus partes. Tal practica no es tan vieja: todavía por los años 70 era muy común que todos se auxiliaran con as notas. Buen numero de directores de orquesta, en la actualidad, tienen a gala dirigir de memoria, siguiendo, sobre todo, el ejemplo del gran Toscanini, cuya cortedad de vista no le dejaba otro camino que seguir; pero los ocupantes de los atriles, en muchos casos; podrían relatar cosas tenebrosas sobre los atentados que se comenten en nombre de estas senderada habilidad de sus jefes.
Estamos siempre dispuestos a reconocer las ocasiones en que el director levanta y vitaliza una orquesta, y nunca nos fijamos en cuántas obras los músicos han salvado al director.


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